Aquellos cuentos fantásticos, en Educación y Biblioteca
En el último número de la revista Educación y Biblioteca (nº 177 mayo/junio 2010) nos encontramos con un texto muy interesante que sirve de introducción a una serie de artículos en defensa de títulos imprescindibles de la literatura fantástica para niños. Recuperamos el texto y os invitamos a la reflexión:¿Por qué el realismo es la tendencia predominante de la literatura infantil y juvenil española?¿Por qué hay tantos autores e ilustradores que renuncian a la fantasía?¿Por qué se confunde la fantasía con el sueño, con la afectación lírica y, sobre todo, con la ñoñería?¿Por qué Antoñita la fantástica es cualquier cosa menos fantástica?¿Por qué tememos a lo irreal, a lo maravilloso, a lo insólito y a lo inexplicable?¿Por qué cuando por…
En el último número de la revista Educación y Biblioteca (nº 177 mayo/junio 2010) nos encontramos con un texto muy interesante que sirve de introducción a una serie de artículos en defensa de títulos imprescindibles de la literatura fantástica para niños. Recuperamos el texto y os invitamos a la reflexión:
¿Por qué el realismo es la tendencia predominante de la literatura infantil y juvenil española?
¿Por qué hay tantos autores e ilustradores que renuncian a la fantasía?
¿Por qué se confunde la fantasía con el sueño, con la afectación lírica y, sobre todo, con la ñoñería?
¿Por qué Antoñita la fantástica es cualquier cosa menos fantástica?
¿Por qué tememos a lo irreal, a lo maravilloso, a lo insólito y a lo inexplicable?
¿Por qué cuando por fin se habla de fantasía, ésta se identifica con niños magos, reinos pretéritos o universos míticos y se olvida aquella otra de andar por casa, esa que hace que la caja de cartón resulte más atractiva a los ojos de un niño que el juguete que ella contiene?
¿Por qué la fantasía se considera una forma de evasión y no de cuestionamiento?
¿Por qué la escuela no es la escuela de la fantasía?
Esperamos aquí vuestros comentarios…