La cabeza de un librero es un lugar excepcional en el que se crean relaciones sorprendentes entre los libros.

Arianna Squilloni es una editora poco usual. Una mezcla de ingenuidad y sabiduría de siglos se mezclan en sus reflexiones y en su quehacer. Su empeño por jugar y filosofar, por resistirse a alejarse de la ciencia para acercarse a la literatura la convierten en una experta en literatura infantil  con muchos matices y mucha […]

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Arianna Squilloni es una editora poco usual. Una mezcla de ingenuidad y sabiduría de siglos se mezclan en sus reflexiones y en su quehacer. Su empeño por jugar y filosofar, por resistirse a alejarse de la ciencia para acercarse a la literatura la convierten en una experta en literatura infantil  con muchos matices y mucha resistencia a ser etiquetada. A buen paso, la editorial que dirige, es una muestra de su personalidad: diversión y reflexión, sólida y líquida, abocetada y manierista. En sus respuestas a esta entrevista sobre su relación con las librerías se puede apreciar su gusto por lo sensual, por la conversación y las sorpresas.

Kirico: ¿Tienes una librería favorita a la que visitas con frecuencia?
Arianna: Tengo una librería favorita en casi cada ciudad.
Kirico: ¿Qué tiene esta librería de especial?
Arianna: Una persona curiosa, que le da una forma y contenido muy personal al escaparate, a la mesa de novedades, pero que también cuida mucho su fondo. Una persona que, además, ya me tiene muy calada y, cada vez que abro la puerta de su librería, me acoge con una montañita de libros que ha ido apartando para mí.
Kirico: ¿Qué le pides a un buen librero o librera?
Arianna: Que tenga mucha personalidad o, mejor, que le infunda su propia personalidad a la selección de libros que propone. Que, además de las estanterías en orden alfabético, guarde siempre un rincón regido por el orden que reina en su cabeza. La cabeza de un librero es un lugar excepcional en el que se crean relaciones sorprendentes entre los libros.
Kirico: ¿Compras libros en otros lugares que no sean una librería? ¿Dónde? ¿Por qué?
Arianna: A veces en algún mercadillo de viejo. Y en las web de alguna editorial universitaria, extranjera, extraña y curiosa.
Kirico: ¿Qué echas de menos en las librerías?
Arianna: ¿En las librerías en general? No sabría, la verdad es que hay pocas cosas que eche de menos en mis librerías favoritas, no suele haber demasiada luz, el ambiente suele ser cálido y acogedor, ya sea gracias al empleo de madera o a la organización del espacio, suele haber espacios para sentarse, leer, ojear y curiosear, y, además ¡están llenas de libros!28_Antoninodesueno cuadernosparamanchar_pajaros
 
 
Kirico:Recomiéndanos un libro que descubrieras en una librería
Arianna: ¿Por dónde empezar? Mhm, esto es complicado. Te contaré el último hallazgo: Home-Made Europe, un libro, casi una galería, un catálogo, de artefactos hechos a partir de lo que había por allí, de cosas viejas y rotas por personas cualquiera (me asombra que allí no aparezca mi padre) en varios países de Europa. Artefactos dotados de la belleza de las cosas imperfecta, de las cosas viejas ensambladas según un plan nuevo y preciso. Y, encima, ¡funcionan! Estas cosas me fascinan.