Larga vida a Leer León

A la propuesta realizada por el Presidente del Gobierno en mayo de 2004, se sumaron numerosas voluntades. La iniciativa fue recogida por el Ayuntamiento de la ciudad, presidido por Francisco Fernández, y por el Ministerio de Cultura, que en julio de 2004 se reunieron por primera vez para analizar la oportunidad de que León acogiera este evento cultural y editorial. La edición-prólogo, en la primavera de 2005, demostró el interés de la ciudad y del sector, decidiéndonos a impulsar la primera edición de la Feria en 2006. El nuevo alcalde, Mario Amilivia, apoyó la iniciativa, y en mayo de 2006 la Feria de León se inauguraba con todo su esplendor. Asistí personalmente a su inauguración y a la lectura del…

Por en Para libreros

A la propuesta realizada por el Presidente del Gobierno en mayo de 2004, se sumaron numerosas voluntades. La iniciativa fue recogida por el Ayuntamiento de la ciudad, presidido por Francisco Fernández, y por el Ministerio de Cultura, que en julio de 2004 se reunieron por primera vez para analizar la oportunidad de que León acogiera este evento cultural y editorial.

La edición-prólogo, en la primavera de 2005, demostró el interés de la ciudad y del sector, decidiéndonos a impulsar la primera edición de la Feria en 2006. El nuevo alcalde, Mario Amilivia, apoyó la iniciativa, y en mayo de 2006 la Feria de León se inauguraba con todo su esplendor.

Asistí personalmente a su inauguración y a la lectura del pregón a cargo de José María Merino, deseando éxito y larga vida a un acontecimiento estrechamente vinculado a los objetivos culturales que con mayor intensidad persigue el Ministerio que dirijo: el fomento de la lectura y la promoción del libro.

León posee razones para hacer prosperar esta Feria. En primer lugar, por ser ciudad de acogida y cruce de caminos y manifestaciones culturales, pero además, porque posee entidades editoriales con fortaleza y prosperidad y porque, siendo una provincia periférica, reúne una pléyade singular y única de escritores capaces de hacer una literatura que no olvida lo propio, consiguiéndo presentarlo como universal. Tenemos una buena prueba de ello en los recientes premios de literatura otorgados a dos leoneses: Antonio Gamoneda, Premio Cervantes, y Raúl Guerra Garrido, Premio Nacional de las Letras.

Finalmente, en esta ciudad ha crecido un suplemento literario, El Filandón, Premio Nacional de Fomento a la Lectura en 2005, que supera ya los mil números y que siempre ha dado preeminencia a la literatura que es objeto de la Feria: la infantil y juvenil.

Éstas son razones fundamentalmente endógenas, pero también existen otras exógenas, tales como el vigor de nuestro sector editorial. España es la cuarta potencia editorial del mundo y el libro es el décimo producto nacional que más se exporta, presentando una balanza de pagos positiva. Cerca de doscientos sellos editoriales españoles están diseminados por el mundo, se editan cerca de 80.000 títulos nuevos anuales y se producen 350 millones de ejemplares.

Estos datos giran en torno a un producto, el libro, que supone el 1% del PIB nacional y que existe gracias a la fuerza creadora de nuestros autores, ilustradores y traductores, a la fortaleza de la lengua de Cervantes y a la demanda de 500 millones de hispano-parlantes. De estos últimos, 42 millones son españoles; de ellos dicen ser lectores frecuentes el 56%.

Pero existe otra razón que anima esta Feria hacia un futuro de éxito: el 84% de los jóvenes de 6 a 14 años declaran leer media hora diaria libros que no son textos escolares. Quisiera, no obstante, en este mar de cifras, adelantar otra: en el 2006 se han publicado 9.677 nuevos títulos de literatura infantil y juvenil.

Un indicador que señala la fortaleza de este subsector editorial.

Resulta evidente que esta feria, monográfica y única en España, debía existir; y era una responsabilidad no programarla. Haber elegido para albergarla a la ciudad de León proporciona un importante motivo para que los leoneses cooperen y apuesten por su larga vida, contribuyendo a su expansión.

León es tierra de creadores. Las bibliotecas de la provincia ofrecen una ratio de 1,57 documentos por habitante, según datos de 2005, y la Comunidad Autónoma alcanza la cifra de 1,90. En 2005, el Ministerio de Cultura destinó 56.000 euros para la adquisición de lotes para la biblioteca pública de la capital, de titularidad estatal y gestión transferida a la Comunidad. En el 2006 se transfirieron a la Comunidad Autónoma 546.473 euros, dentro de un plan extraordinario para la adquisición de libros para las bibliotecas públicas, cantidad que el gobierno autonómico se comprometió a duplicar. En 2007 se transferirán 1.188.992 euros y de nuevo la suma será duplicada, disponiéndose así de 2.377.984 euros para a la compra de libros, que la administración autonómica deberá adquirir en librerías.

En 2004 los presupuestos estatales destinaban tan sólo 129.000 euros a dotaciones bibliográficas para toda España. En 2007, y considerando también la inversión autonómica complementaria, se adquirirán libros por valor de 40 millones de euros. Qué duda cabe que esta positiva evolución muestra dos formas diferentes de entender la acción política respecto a las bibliotecas y, sobre todo, de dar apoyo a los lectores.

Leer es el objetivo, y promover una sociedad de lectores, repitámoslo una vez más, es fomentar una sociedad compuesta por ciudadanos libres. Más lectura equivale a más libertad y más democracia, y es en las edades más tempranas cuando debe fomentarse la lectura.

Creo, por lo tanto, que merece la pena aprovechar esta convocatoria ferial a la que, año tras año, la ciudad de León presta su hospitalidad. Se trata de un evento que, sin descuidar las naturales razones económicas, no debe olvidar las culturales y, cómo no, también las personales, porque como ha proclamado nuestro último Premio Cervantes, Antonio Gamoneda, «Leer es vivir dos veces».

Carmen Calvo