“En un rayo de sol” de Tillie Walden
En un rayo de sol es la segunda obra que llega a nuestro país de Tillie Walden, después de que en 2017 se convirtiera en una de las grandes revelaciones del cómic en medio mundo con la publicación de Piruetas (editada aquí también por La Cúpula). Este era su cuarto trabajo y con él ganó el premio Eisner 2018 a la mejor obra basada en hechos reales. Antes de eso, ya había ganado el premio Ignatz en 2016 como autora revelación por su primera novela gráfica, The End of Summer, y volvió a ganar en 2017 al ser considerada el nuevo talento más prometedor con la segunda, I Love This Part, que también estuvo nominada a los Eisner. Lo más sorprendente, y más con este currículum, es que Walden solo tiene veintidós años.

Volviendo al argumento, nos encontramos con la Mia del presente que entra a formar parte de un equipo de restauración de edificios antiguos; a partir de ese momento, la pareja formada por Alma y Charlotte, la pizpireta Jules, la silenciosa Ell (persona no binaria y “muda” por alguna causa que aún no conocemos) y el gato Paul (el único personaje masculino de toda la obra) se convertirán en su nueva familia mientras se dedican a viajar de planeta en planeta reparando ruinas. Al mismo tiempo, conocemos la historia de la Mia de cinco años atrás, cuando estaba en un internado y su sueño era llegar a ser la mejor jugadora de Lux, y momento en el que conoce a Grace, la que se convertiría en su mejor amiga y su gran amor.
Walden destaca una vez más en su retrato de la época adolescente, con todas sus dudas, sus miedos y sus descubrimientos. Hay espacio para hablar sobre temas como el bullyng; sin embargo, el elemento predominante es el amor: la amistad, el amor romántico y la familia. También hay aventuras, naves espaciales con forma de pez y muchos secretos, pero tendremos que esperar a que se desvelen y ver cómo se conectan el presente y el pasado de Mia.
Puede llamar la atención que esta sociedad esté formada exclusivamente por mujeres. No tendría por qué ser así, ya que la trama resulta tan fascinante y absorbente que esto pasa a ser un elemento secundario. Aun así, no estaría de más preguntarse si en el caso contrario la ausencia de personajes femeninos sería algo llamativo y reseñable. Probablemente no, o no en la misma medida, lo que revaloriza el trabajo de autoras como Walden en pro de la igualdad y la representatividad.
El dibujo es sencillo y delicado y, en esta ocasión la autora, sin abandonar su habitual bitono en muchas de las páginas, se atreve a añadir color en muchas de las escenas; colores que, por un lado, ayudan a crear un ambiente onírico en esos escenarios espaciales y, por otro, a remarcar momentos de especial emoción o dramatismo, concretados a menudo en una sola viñeta que ocupa toda la página.
Una obra fantástica llena de emoción y sensibilidad (mención especial para el capítulo 6, construido enteramente sin texto), tan deliciosa como la canción de Belle and Sebastian que le da título: Asleep On a Sunbeam.



