“El Buscón en las Indias” de Alain Ayroles y Juanjo Guarnido

La librería Viñetas de Burgos recomienda El Buscón en las Indias (Norma Editorial)

Francisco de Quevedo nos dejaba a principios del siglo XVII una de las obras más clásicas de la literatura española, así como uno de los ejemplos cumbre de un género: la picaresca.

Han pasado 393 años desde la primera edición de Historia de la vida del Buscón, llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños y ahora es cuando, de la mano de otros autores, nos llega la segunda parte de la obra que prometía el madrileño. Y luego dicen de George R. R. Martin y Patrick Rothfuss…

El caso es que, haciendo buena la promesa de Quevedo, el francés Alain Ayroles se propone contar la historia de Pablos en “Las Indias” y, no solo lo hace si no que, pardiez, triunfa. Y no solo lo hace en los homenajes obvios (y no tan obvios) o en los obligados (al fin y al cabo, tiene que mantener algo de consistencia con la obra original), si no en todo lo demás consiguiendo lo que parece imposible: escribir una obra del siglo XVII y una del siglo XXI al mismo tiempo. Por un lado, mantiene la misma estructura capitular que El Buscón pero la usa con un efecto diferente. El primer libro se lee como si fuera literalmente una obra de hace 400 años, pero el segundo exuda algo que se puede encontrar con esa misma energía en un género cinematográfico muy popular en los últimos años: el de atracos con múltiples giros.

Y, con el final, nos hace preguntarnos si realmente, como decía Quevedo, al Pablos “fuele peor” o, en realidad, es todo parte del engaño. Divertida, emocionante, incisiva, cruel, graciosa, sorprendente y la mejor muestra de que, si bien está todo inventado, todo se puede ver desde otro punto de vista y parecer nuevo.

Parte de ese “nuevo”, es la parte visual del cómic. Si he dedicado más espacio al trabajo de Ayroles es porque no sabía si la historia iba a estar a la altura de lo que estaba seguro que iba a hacer el granadino Juanjo Guarnido: un excelente trabajo.

Como siempre, su estilo que une maravillosamente su lado “Disney” con su lado “Pintor”, junto al color con acuarelas (que no hace él solo), no hace otra cosa que complementar y elevar el guión, con expresividad, belleza, narración perfecta y detalles a cada paso. Una maravilla, vamos, esperada, pero no por ello menos maravilla.

Como epílogo, mencionar que la edición de Norma de El Buscón en las Indias es lo que tenía que ser: un único tomo de grandes dimensiones que nos permite disfrutar del arte y de la historia de un cómic que merece mucho la pena.

Daniel de librería Viñetas de Burgos