“Li´l Abner 01” de Al Capp

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LI'L ABNER 01

LI'L ABNER 01

SAEZ DE ADANA, FRANCISCO/ CAPP, AL

ISBN

978-84-18320-93-4

Editorial

DIABOLO EDICIONES

Donde comprarlo

Estamos ante una de las obras que tienen que formar parte del universo Zona Cómic: Li´l Abner, “una de las mayores obras maestras del cómic al fin en España”. Así reza el comienzo de la sinopsis. ¡Qué diantres! Tienen razón. Y por ello hay que dar las gracias al sello madrileño Diábolo Ediciones. Por traer a nuestras estanterías, y en edición de lujo, la obra de Al Capp, traducida por Francisco Sáez de Adana. Ya las librerías votaron esta recopilación como uno de los cinco mejores títulos para su póster del mes de enero.

Durante 43 años Al Capp publicó diariamente en los periódicos las tiras cómicas de Li´l Abner. En ellas recogía el contraste entre la Norteamérica rural y paleta y la sociedad urbana, lo que le sirvió para narrar más de medio siglo de historia estadounidense, reflejando los cambios sociales y políticos que vivía el país.

Ácido, satírico, surrealista, crítico. Así definen, los que más saben, la obra de Capp, llena de personajes inolvidables y bastante…,no sé cómo podríamos definirlos, ¿idiotas?. Personajes de todo tipo, que evolucionaron con el paso del tiempo de la misma manera que fue evolucionando la ideología del autor. Capp fue demarrando de posiciones progresistas (estamos en USA) hacia posturas un pelín más conservadoras.

Lo más maravilloso de todo es que a pesar de reflejar a la sociedad del momento, o simplemente mostrarla tal y como era, que a veces el espejo es la mejor de la críticas, la sociedad se reía de sí misma. A lo mejor cada lector de las tiras pensaba que el paleto del que hablaba era otro, posiblemente el vecino, al que seguro estaría oyendo morirse de risa del paleto de enfrente. Fuera como fuera, Capp dio con la tecla y sus tiras tuvieron tanto éxito que no dejaron de publicarse desde el año 1934 hasta 1970. Ahí es nada.

En este primer primer volumen, “tan solo” podemos disfrutar de las tiras y las planchas dominicales publicadas entre 1936 a 1938. Así que tenemos Abner para rato. A leer.