Seijas tiene una librera maga

Dicen que Luz, la librera de Seijas en Pontevedra, es un poco maga (no meiga). Que acierta con los libros que le gustan a los niños y que lleva tanto tiempo en el oficio porque conoce bien lo que vende y conoce bien a los clientes. Una combinación imprescindible.   Para ser librera ¿hay que […]

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Dicen que Luz, la librera de Seijas en Pontevedra, es un poco maga (no meiga). Que acierta con los libros que le gustan a los niños y que lleva tanto tiempo en el oficio porque conoce bien lo que vende y conoce bien a los clientes. Una combinación imprescindible.

 Luz de seijas
Para ser librera ¿hay que tener vocación?
Yo no concibo el “vivir” la librería sin vocación: tendría que ser durísimo estar rodeado de libros sin paladearlos, olerlos, comentarlos… Otra cosa son los vendedores de libros.
Qué es lo mejor y lo peor del oficio

Lo peor del oficio en el sentido más estricto son las devoluciones: un trabajo estéril pero necesario. En un sentido más amplio, últimamente nos acosa un desasosiego rampante al ver la desafección de una parte del público hacia el libro que, aunque en parte se deba a motivos económicos… una pobreza lleva a veces a la otra, a la mental.

Tres requisitos necesarios para que la librería funcione bien.
Vocación: un librero lector y buen orientador fideliza clientes.
¿Qué autor o ilustrador te gustaría tener una tarde en tu librería?
Serían tantos los nombres: Rebecca Dautremer, Hervé Tullet, Jimmy Liao, Jutta Bauer… ¡¡soñar es gratis!! Si ponemos los pies en la tierra: Carlos Reviejo, Noemí Villamuza, Eva Manzano, Ana Juan y un largo etc. es inevitable pensar en los libros que nos gustan y ellos nos llevan a sus artífices.
Recomiéndanos…
Un libro infantil para reírse: versión gallega de La vaca que puso un huevo editada por Patas de Peixe.

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Uno para disfrutar con las ilustraciones: Madama Butterfly de Edelvives.

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Un libro infantil que todos deberían conocer: Adivina cuánto te quiero de Kókinos.
 

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¿El mejor lugar para leer?
La cama, el sofá, la playa, el campo…, donde haya un buen libro seguro que se encuentra un buen lugar.
Un deseo para las librerías.
Lo que diríamos todos los libreros: ¡¡Larga vida a las librerías!!