“El último verano” de Jihyun Kim
Dice Jihyun Kim que el pasado verano lo pasó en un pueblo junto a un lago, y que sintió tal sensación de conexión con la naturaleza que la quiso plasmar en un libro.
El protagonista de esta historia viaja en verano de la ciudad a una casa de pueblo en donde descubrirá el entorno acompañado de su perro. Si abres “El último verano” (Editorial Juventud) verás dibujado el sol y te cegará los ojos, y escucharás el sonido de la hierba que mece el viento cálido de poniente. Este libro es la alegría de ver un cielo de verdad con estrellas que el resto del año no ves porque, o vives en la iluminada ciudad, o porque ya ni siquiera alzas la cabeza para pararte un segundo a admirar la inmensidad que te rodea.
Éste es un álbum ilustrado sin palabras, así que su mensaje es el universal, el de la imagen, que no precisa de traducción, solo la evocación de sensaciones, recuerdos y pensamientos.
Este tipo de libro nos gusta especialmente por ello: estimulan el pensamiento (la deducción, la intuición…) y justamente, al no tener texto, también potencia el uso del lenguaje, pues pensamos con palabras y las imágenes se traducen en ellas en nuestra mente. Además desarrollan la imaginación y la creatividad, nos permiten jugar e inventar diferentes argumentos. También ayudan a los prelectores a familiarizarse con los libros.
Aunque este no es un libro sólo para prelectores; cualquiera que abra sus páginas quedará atrapado por su belleza y por la paz que transmite, es palpable esa conexión con el mundo natural del que habla la autora, la sensación de libertad que da el verano cuando eres niño, de andar descalzo, quedarte hasta las tantas en la calle, observar el entorno, descubrir cosas nuevas a cada instante, mantener intacta la capacidad de asombro y de aventura… capacidades que a veces se nos van escapando al llegar al mundo adulto y que cuentos como este te hacen sentir de nuevo cerca.
María José Gracià Bellod, Librería El Puerto (35 formiguetes) – El Puerto de Sagunto, Valencia