Durante una excursión de la escuela, Jonquil Winters y sus amigos Bill y Arf encuentran en el bosque un extraño objeto dorado. Pronto descubrirán que es la hebilla de un cinturón mágico de origen celta del que quieren apoderarse fuerzas malignas. Los tres jóvenes protagonistas están a punto de vivir una aventura inolvidable.
Rico pone a todo el mundo de los nervios: es lento y demasiado sincero, y a veces le cuesta comprender las cosas. Como él mismo dice: «¡Es como si mi cerebro condujera un coche sin volante!». Sin embargo, un día conoce a Óscar, un sabelotodo muy particular, y junto a él intentará resolver el misterio del secuestrador del súper, que está aterrorizando a la ciudad. Ya de paso, Rico descubrirá lo divertido que puede ser tener un amigo.
Un día, el gallo y la gallina salieron de la granja dispuestos a conocer mundo. Corretearon por aquí y picotearon por allá hasta que tropezaron con un nogal grande y frondoso. Como al gallo le encantaban las nueces, comió tantas y tan deprisa que se le atascaron en la garganta. Esta versión de un cuento tradicional narra el periplo desesperado de la gallina para salvar a su amado tragón. En esta empresa colaborarán un granjero, un zapatero, una oveja, un herrero y ¡un roble!. A pesar de las dificultades, triunfará la buena voluntad y solidaridad.
Fibonacci fue un matemático italiano del siglo XII, conocido porque introdujo en Europa el sistema de numeración indo-arábigo frente a la numeración romana y por inventar la sucesión de Fibonacci. En este álbum ilustrado, se narra algo de su vida, y aunque todo no sea verdad, lo importante es que los lectores pueden darse cuenta de lo importante que es en la investigación observar, insistir y estudiar para llegar a realizar nuevas aportaciones capaces de transformar nuestra civilización.
No cocina, pero tampoco muerde. Así comienza el anuncio en el que Rose Lewellyn, una viuda de buenas costumbres y disposición excepcional, se ofrece en el otoño de 1909 como ama de llaves; la frase capta de inmediato la atención de Oliver Milliron, un viudo con tres hijos y poca maña en las tareas domésticas, que la contrata para poner un poco de orden en su casa de Marias Coulee, Montana. Y así comienza también la inolvidable temporada que Rose y su hermano Morris, un dandi sabelotodo, pasarán en este pueblo de granjeros. Cuando la maestra local se escapa con un predicador, Morris se verá obligado a aceptar su puesto; sus particulares métodos de enseñanza marcarán para siempre a los jóvenes alumnos de la escuela rural. Ni ellos ni la familia Milliron ni el pueblo de Marias Coulee volverán a ser los mismos tras la llegada de Rose y Morris. Ivan Doig está considerado como uno de los mejores cronistas contemporáneos del Oeste americano, alumno aventajado de autores como Wallace Stegner o Norman Maclean. Una temporada para silbar es una de sus mejores novelas, fruto de su particular manera de entender la vida y la imponente naturaleza de Montana.
Theo, Madeleine, Garrison, Lulu y Dahlia están a punto de graduarse pero, antes, deberán pasar un último examen: ¡SALVAR LA ESCUELA!
Sylvie Montgomery, una periodista que trabaja en una revista de cotilleos, tiene una bomba que podría acabar con la «escuela de frikis»: ha descubierto que su directora, la excéntrica Mrs. Wellington, no consiguió que su hijastro Abernathy la aceptara, y que el niño abandonó la escuela y se refugió en el bosque aledaño. Sylvie necesita pruebas para escribir su artículo y no dudará en husmear en los alrededores de la escuela.
Mientras, Theo, Madeleine, Garrison, Lulu y Dahlia intentarán ayudarán a su profesora, pero ni las reuniones conciliadoras con Abernathy ni la hipnosis darán resultado. Habrá que buscar ayuda en el exterior.
Parece una historia de piratas, pero el lector sabe enseguida que el tesoro que busca el muchacho protagonista es una vida mejor. Abandona su hogar, atraviesa desiertos y mares, se defiende de algunos malvados, sobrevive solo a un naufragio y llega a un lugar donde no comprende nada, ¿es, o no, una aventura?