-Papá, ya estamos todos en la cama -dijeron los ratones-. Anda cuéntanos un cuento. -Haré algo mejor -dijo Papá-. Os contaré siete cuentos, uno para cada uno de vosotros… No existe nada más agradable que dormirnos con un cuento, y si además son como los que cuenta Papá Ratón ¡mucho mejor! Siete historias que harán las delicias de siete ratoncillos y, con toda seguridad, de todos los niños y niñas. Así ha sido, es y será durante muchas generaciones.
En el origen de los Juegos Olímpicos se encuentra el proyecto de un señor muy peculiar, el barón de Coubertin. Se materializan así los viejos sueños: elevarse como un águila, correr más veloz que un guepardo, hendir el agua como un delfín, ser hombre pájaro o mujer gacela. Desde entonces, cada cuatro años, algunos hombres y mujeres llevan más allá los límites físicos del ser humano. ” Más rápido, más alto, más fuerte ” , así se escribe, en letras de oro, de plata, de bronce, la epopeya de los Juegos Olímpicos.
Marcos, un chico al que su padre está iniciando en la escalada, salva la vida de un alpinista suizo en los Picos de Europa; pero el vínculo entre ambos había nacido años atrás, en las misteriosas regiones espirituales del Tíbet. A través de los recuerdos de Von Arx, revivimos su primera visita al país de las nieves, ya bajo dominación china y, sobre todo, nos adentra en la vida de Kangseng, un pequeño khampa tan fuerte y sólido como un loto en la nieve.
Bernardo, un chico de 11 años, es portero de hokey en el equipo de su colegio y su padre es su máximo admirador. El mismo día que tiene que jugar la final, Bernardo cae enfermo. Padre e hijo se enfrentan al siguiente dilema: jugar el partido o no hacerlo. Finalmente deciden ir al ambulatorio y de regreso a casa, mientras el padre para en una farmacia para comprar medicinas, Bernardo desaparece del coche…
Ariel tiene 14 años y una vida dedicada a la escuela, los amigos y el fútbol. Una vida tranquila, hasta que comienza a trabajar en una verdulería cerca de uno de los barrios más pobres de Buenos Aires. Allí conocerá a la chica de su vida, que le embaucará en una peligrosa aventura: rescatar de las manos de unos delincuentes la primera pelota con la que jugó al fútbol Diego Maradona. Ariel y sus mejores amigos tendrán que enfrentarse a los riesgos de la marginalidad y de una policía violenta. Deberán atravesar pruebas y tentaciones sin perder la valentía y el buen humor. Todo sea por ser fieles a sus principios, a la amistad, a las chicas y a la pasión que les despierta un buen regate, un gol agónico en el último minuto.
Al pequeño protagonista de este cuento le ha regañado su madre. Y, claro, ahora ésta ya no le gusta y se lo dice a su padre. Entre los dos buscarán una madre que sea del agrado del niño. Pero al final tendrán una sorpresa.
El león no sabe escribir, pero eso no le importa ya que él puede rugir y enseñar sus colmillos y no necesita más. Pero un día conoce a una leona muy guapa leyendo un libro. A una dama así no se le puede besar sin más. Hay que escribirle una carta de amor. Así, pues, el león va pidiendo que escriban por él al mono, al hipopótamo, al escarabajo pelotero, al buitre Pero el resultado no es lo que espera. Pierde la paciencia y ruge en la selva cómo escribiría él si supiera hacerlo. Una historia tierna, llena de humor, para lectores a partir de cuatro años.
“Los inconvenientes de ser analfabeto quedan más que claros en este cuento divertidísimo, exagerado y romántico. Un texto humorístico, encadenado y salpicado de las inevitables repeticiones de frases, tiene reflejo en unas ilustraciones que llevan casi al paroxismo la expresividad de este león enamorado y desesperado. Un conjunto de palabra e imagen armonioso y estridente a la vez, que nos hará sonreír constantemente. Deliciosa y glamourosa resulta, además, la leona lectora y, por supuesto, no hay que perderse los sellos “salvajes” que adornan las guardas de este álbum altamente recomendable para prelectores y primeros lectores” (Revista CLIJ).
Martin Baltscheit nació en 1965 en Dusseldorf, donde reside. Estudió diseño y ha ilustrado y escrito numerosos álbumes, entre ellos “Yo voto por mí. La campaña electoral de los animales” (Lóguez) habiendo publicado también obras de teatro. Es autor asimismo de películas de dibujos animados para niños.