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Un cuento rimado y encadenado que invita al juego, a la memorización y a la risa. Este tipo de relatos relacionados con la oralidad resultan apropiados para compartir con los mayores, para alternar las frases y para estar preparados para la sorpresa. La ilustración colabora con el sentido del relato, iluminando las escenas, cuando los personajes comienzan a despertar por lo que ocurre y porque además, llega el día.
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La amistad, la aceptación de los que vienen de fuera y la empatía son los sentimientos que se desprenden de esta sencilla historia. Dos amigos, muy amigos, toleran que un nuevo niño se una a sus juegos pero no cambian sus dinámicas ni sus relaciones para incorporarlo de verdad a su amistad. Solo cuando sean capaces de tenerlo en cuenta y lo echen de menos se convertirán en verdaderos amigos. Dice mucho sin pretensiones.
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Un elogio a la paciencia, a la calma y al disfrute de lo pequeño, es el mensaje de este cuento que se desarrolla en un ambiente de bonita decoración japonesa. Miyuki tiene prisa y desea que la primavera llegue enseguida a su jardín haciendo que todas las flores se abran. Una pequeña flor se resiste y Miyuki iniciará una carrera desenfrenada buscando un poco de agua para acelerar su florecer. La naturaleza y su abuelo le piden tiempo pero Miyuki no puede esperar.
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Una historia, que como dice su propia autora, reúne muchas historias. Las de todos los que salen de sus países de origen huyendo de la guerra, la pobreza o la persecución. Viajes inciertos, repletos de peligros, donde los más frágiles se ven expuestos no solo a las inclemencias del tiempo sino sobre todo, a la deshumanización de personas y países. Un libro necesario para comprender lo que está ocurriendo en nuestra sociedad.
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Roque es una montaña que sueña con ver el océano. Nunca ha podido verlo con sus propios ojos, no puede desplazarse y desde donde está no le alcanza la vista. Se siente cada vez más desesperanzado, pero por suerte, los amigos siempre están ahí para levantarnos el ánimo, y Roque tiene muchos: los pájaros. Esta preciosa fábula nos demuestra que muchas veces, con ayuda, nada es imposible.
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Un álbum ilustrado que puede parecer frío en un primer vistazo por los tonos elegidos para la ilustración y su tipo de letra rigurosa y seria. Pero hay que atreverse a leer el libro porque cuenta una preciosa historia relacionada con la Navidad, los deseos y la necesidad de ser valientes en un mundo en el que todo parece estar medido y establecido para que no ocurra nada extraordinario.
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Tejón quiere que el bosque esté tan limpio que cuando se da cuenta de que los árboles dejan caer sus hojas al suelo decide acabar con los árboles y las consecuencias serán impredecibles. Un álbum muy divertido, como todos los de de esta autora, donde consigue que los animales del bosque muestren, con sus expresiones, un abanico de emociones que van de la sorpresa a la incredulidad ante lo que ocurre. ¡Ser tan ordenado no es tan bueno!
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La hora de comer puede convertirse para los más pequeños en un momento complicado en el que hay que hay que desplegar mil artimañas para que los niños abran la boca. Esta mamá pone en marcha con personajes y juegos para que el hambre aparezca. Un librito en cartoné para contarlo mientras a los niños se les abre el apetito.
