Libros de la semana - Grupo Kirico

Los animales se preparan, una vez más, para realizar una votación que parece democrática en toda regla, pero a la que solo se presenta el león que, por cierto, siempre gana. En un intento por ampliar el abanico de opciones, otros animales deciden presentarse a la campaña electoral y exponer sus programas de gobierno. Un desastre. ¿Cómo es posible? La sorpresa, al final.

En 60 páginas y sin una letra, estableciendo una secuencia sin saltos ni elipsis, el lector lee la crónica del abandono de un perro por sus amos en mitad de la carretera. La desolación, el sentimiento de desarraigo y la tristeza se reflejan a través de un dibujo expresivo y sobrio, abocetado en carboncillo. El álbum tiene como protagonista exclusivo al perro y el escenario de la página en blanco, salpicada por escasos elementos insinuados, juega a sugerir al lector la misma confusión que el animal siente, arrojado a un espacio sin referencias. Con una gran economía de recursos: un trazo en la oreja, un arco en la espalda, un primer plano, muchos significados afloran en cada escena. Este álbum confirma que, por una parte, la lectura de las imágenes puede tener un enorme poder de comunicación y de emotividad y, por otro, que los álbumes para niños no tienen por qué rebosar color para resultar atractivos. Un libro como este supone, en estos tiempos, un ejercicio de sobriedad para dejar que, sin adornos, la ilustración cuente una historia profundamente humana que necesita de un lector interesado para descifrarla.

La diferencia de Ferdinando con otros toros es que no le gusta embestir. Le gusta el campo, las flores, la tranquilidad y solo por un error lo llevan a la plaza para hacer una corrida. Las bonitas ilustraciones de este toro y del mundo del toreo: banderilleros, picadores, mujeres en la plaza, presentan un universo lleno de color y brillo donde este toro manso no encaja. El final feliz nos dice que en la plaza de la vida hay un lugar para todos.

Ferdinando es un toro pacífico al que le gusta oler las flores del campo y sentarse bajo la sombra del árbol. Su madre, sin embargo, está preocupada: a Ferdinando no le entusiasma nada hacerse el fuerte y soplar por las narices lleno de furia como hacían otros toros que deseaban ir a la plaza de toros. Un día vienen unos señores de la Maestranza a buscar toros bravos. Justo en ese momento a Ferdinando le pica una abeja y es tanto el dolor y el picor que se pone a saltar, a bufar y a correr como un loco. Y, claro, resulta el elegido. Ya en la plaza de toros, en lugar de retarse con el torero, se dedica a oler las flores de las mujeres y a pasear observando dónde se encuentra. Finalmente le devuelven al campo. Munro Leaf escribió este libro pacifista en 1936 y es un homenaje a la resistencia pasiva y al antibelicismo. A pesar de que la edición original tenía otras ilustraciones, la editorial española tuvo el acierto de presentarlo en España con las coloridas ilustraciones de Werner Klemke quien, justamente por este trabajo, recibió el premio Manzana de Oro de Bratislava.