“Añoranza y necesidad de la Tercera España” de Luis Antonio de Villena
Añoranza y necesidad de la Tercera España
Villena, Luis Antonio de
ISBN
978-84-18239-25-0
Editorial
Athenaica Ediciones Universitarias
El último libro de Luis Antonio de Villena, recién aparecido, es un opúsculo sostenido sobre lo que podríamos llamar el hartazgo ilustrado. Villena siempre ha sido muy bueno poniendo títulos y éste, Añoranza y necesidad de la Tercera España, presenta nítidamente su contenido, con el que, en líneas generales, no es complicado estar de acuerdo. De hecho, se trata casi de un “panfleto” (en el mejor y más suave sentido de la palabra) en el que se batalla por la moderación, se anhela la normalidad, se abomina de los extremismos, y por tanto, por definición, se supone que debería representar a la mayoría, esa que, entre nosotros, no quiere enfrentamientos (y menos si están planeados, organizados y dirigidos desde los diferentes poderes) sino cotidianeidad.
Lo estamos viendo a las claras estos días: ¿acaso las últimas elecciones catalanas no han sido aplastantemente ganadas por la “tercera Cataluña”, que ha decidido, simplemente, abstenerse y demostrar así su alejamiento y su descontento ante la política institucionalizada, aparte de, por supuesto, su rechazo de las fanatizadas y enfrentadas posibilidades que se les habían ofrecido? Ahí hemos tenido un mensaje claro, la gente normal reclama normalidad, y somos muchos/as los/as que hemos decidido desplegar nuestra naturaleza política al margen de las urnas, y organizarnos de otros modos, gestionar las cosas comunes a través de otros sistemas, pequeños y, en todo caso, ajenos a las instituciones, que tan tozudamente han demostrado su crisis, su ineficacia, cuando no su incapacidad o incluso su afán de incidir en la polarización social.
Pero, mientras la mayoría nos ocupamos honradamente de nuestra vida, las minorías pelean y hacen mucho más ruido, y crispan y alteran… y crecen. Y no es un fenómeno de ahora, porque lo que Villena hace es rastrear históricamente los momentos en los que dos bandos irreconciliables se enfrentaron en nuestro país, arrastrando con ellos a la población, desde los Reyes Católicos (y aún más atrás, se insinúa) hasta hoy. Villena lo hace apoyándose en bibliografía, porque en efecto “el tema de España” ha hecho correr ríos de tinta, y no ha habido intelectual relevante de este país que no haya aportado su libro sobre “el ser de” o “la identidad de ” o “el origen de”, o “las raíces de”, conceptos ya un tanto discutibles, o incluso peligrosos o explosivos, según se mire…, aparte de que se hizo, claro, con resultados muy desiguales. Villena conoce mucho mejor la época moderna y contemporánea, y son los libros de Menéndez Pelayo, los del 98, los de los exiliados (que tanto tuvieron que pensar sobre la añorada patria) o la enemistada controversia entre Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz… los que más y mejor cita y utiliza. La intención de Villena no es meticulosa, sino hacer un breviario (en esa colección, “Breviarios”, lo ha publicado la editorial sevillana Athenaica), dejar unos apuntes generales sobre la cuestión, pero no hace falta ser exhaustivo para ser expresivo, aquí no se trataba de agotar el trema sino de aclararlo.
Ya en el tercer volumen de sus memorias, Las caídas de Alejandría, encontramos a un Villena muy amargo, casi deprimido, ante la situación política española, con un tono de claudicación general y de protesta vehemente ante la, decía él, mala calidad de nuestros políticos, sean del signo que sean. Ahora, hacia el final, se incide en ese juicio, algo menos enfadado (el género de las memorias permite ciertos desahogos que en un tratado conviene atenuar), y se lamenta del auge de los extremos, tanto hacia la izquierda como hacia la derecha, que vemos en el Parlamento.
Tal vez los/as lectoras/es de esta página hayan observado que en ‘Las Librerías Recomiendan’ tratamos de evitar ocuparnos de libros excesivamente ideologizados, libros de combate, libros potencialmente polémicos, biografías agresivas, testimonios muy escorados… pero es que éste no lo es. Contiene, cómo no, opiniones muy personales y muy claras sobre determinados aspectos de nuestro presente colectivo, especialmente el político, pero es en general un repaso muy notable, breve pero serio, a un tema que no se va a acabar. Se lee, por supuesto, de un tirón, y deja una sensación ambigua de satisfacción por lo leído y de disgusto por lo que se constata, placer ante la lectura y tristeza ante la realidad. Hace falta, sin duda, más moderación, más serenidad, más calma. Y mucha más formación intelectual, más educación, más cultura, más altura de miras, más amplitud de horizontes. Es decir, más lectura.
Juan Marqués, para ‘Las Librerías Recomiendan‘