"Butcher's Crossing" de John Wiliiams

Butcher's Crossing

Butcher's Crossing

Williams, John

ISBN

978-84-264-2192-0

Editorial

LUMEN

Donde comprarlo

¡Qué tentación más grande, no importa si de críticos de la corte o de lectores de la calle, la de comparar las obras de un mismo autor para intentar encontrar diferencias o similitudes! John Williams es de esos autores que lo pone fácil. Poco prolífico, su obra se puede contar con tres dedos de una sola mano. Primero escribió la novela que nos ocupa, “Butcher’s Crossing, luego publicó “Stoner, ya reseñada en esta web, y finalmente apareció “Augustus”, con la que recibió el reconocimiento del prestigioso National Book Award. Dejando de lado esta última, rara avis por su estructura epistolar (pero un motivo más para afirmar la polivalencia de Williams), son las otras dos las que centran el interés de este intento comparativo. Y es que pocas veces nos topamos con dos novelas tan parecidas y, a la vez, tan diferentes.
Para empezar, pocos argumentos tan disímiles. Si “Stoner” retrataba la vida gris y esquiva de un profesor universitario, sus fracasos familiares y sus cuitas académicas, en definitiva, la aceptación estoica de un destino inexorable, “Butcher’s Crossing”, en cambio, nos sitúa en la América de finales del siglo XIX, el mundo de los cazadores de bisontes, las grandes praderas inexploradas, la lucha del hombre contra los elementos, en definitiva, la aceptación estoica de un destino inexorable. ¿Qué, quizás me repito, verdad? Pues sí, y voluntariamente. Parecería que dos panoramas tan diferentes como la novela de campus, encapsulada casi entre las cuatro paredes universitarias (o los cuatro edificios, para el caso es lo mismo), opresiva y claustrofóbica de tanta angustia vital, y la novela del Oeste, libre y salvaje entre espacios abiertos, deprimente y agorafóbica de tanto oreo entre montañas, no tuvieran más remedio que darse la espalda, que representar dos mundos antagónicos y, por tanto, excluir representaciones paralelas de la realidad. A pesar de tan contrapuestos escenarios, del diferente tipo de actitud que reclaman diferentes tipos de espacio y de tiempo, y de la heterogeneidad contextual de las dos novelas, es fácil ver que se rigen por un mismo patrón estilístico y, sobre todo, que sus personajes principales se comportan ante la adversidad y los percances con la misma entereza. No sólo ven pasar la vida con aquella extrañeza que los hace parecer extemporáneos, con ese poso de irrealidad que los hace conscientes del ahora y el aquí y, a la vez, del ningún sitio y el nunca, sino que, además, asumen que la vida es conflicto y que tenemos todas las de perder. Will Andrews, el joven protagonista de “Butcher’s Crossing”, recibe la primera lección que se puede aprender en la edad adulta y la recibe del maestro más intransigente: la naturaleza. No hay negociación posible, no hay estrategias ni alianzas que valgan, la derrota es segura. Sólo se pueden minimizar las pérdidas y aceptar los reveses como si fueran un jarabe amargo que ayuda a crecer. Lo que no te mata, te hace más fuerte, y Will Andrews se da de bruces contra esta realidad como si se tratara de un espejismo que, cuando más segura es la percepción de que lo ves, más falto de conciencia estás.
Butcher’s Crossing” demuestra que John Williams era un novelista excepcional, dotado de una capacidad extraordinaria para expresar un punto de vista sobre la condición humana firme y arraigado, sin matices, fruto de un pensamiento sistemático, y sobradamente capacitado para transferirlo al comportamiento de sus personajes. Habrá quien diga que sus narraciones frías y casi documentales denotan una falta de estilo. En absoluto, la obra de John Williams posee un estilo tan propio e intransferible que sus novelas deberían llevar una etiqueta con denominación de origen.
Recomendado por Esteve de La Llar del Llibre (Sabadell)

Be the first to write a comment.

Deja un comentario