Naif. Súper de Erlend Loe. La ternura ingenua y extravagante de un veinteañero
“Paul dice que algún día todo lo que conocemos desaparecerá. (….)
Es sobrecogedor. Poco puedo hacer que marque alguna diferencia. Resulta liberador.Mi propia responsabilidad se reduce considerablemente. Lo siento al momento. La sensación de responsabilidad se aligera. A toda velocidad.No soy casi nada.En realidad supongo que la idea debería asustarme, pero no lo siento así.Quizá el alcohol me esté engañando.Esto de que parece que el universo tiene un final, sin duda restringe alguna que otra cosa. Todos los pensamientos sobre la vida eterna se te atragantan un poco. Pero no parece agobiarme. No ahora. Al contrario. Me siento más vivo que en mucho tiempo.De pronto me resulta reconfortante tener un plazo al que atenerme.En realidad siempre he rendido más sometido a presión. Si tenemos oportunidad de desplegarnos por aquí durante algunos miles o millones de años más, yo me doy por satisfecho. Después, por mí, el universo puede ponerse a explotar y contraerse cuanto quiera. Lo fuerte de todo esto es la idea de que no he pedido estar aquí. Simplemente estoy aquí. Igual que todos los demás. Estamos todos aquí. Pero no lo hemos pedido. No es culpa nuestra.”
“Estoy mirando la noche con fuertes sensaciones líricas cuando de pronto aparece Borre. Le ha despertado un sueño desagradable y peligroso. Se sienta en mi regazo y lo arropo con el jersey de lana. Lo acaricio y le digo que no tenga miedo. Que solo ha sido un sueño. Y que mañana será otro día.Borre se restriega los ojos y me pregunta si le puedo cantar una canción.Claro que puedo. Le puedo cantar Fola Fola Blakken. Hay pocas cosas en el mundo más agradables que esa canción. Cuando el niño entra sonriendo en la cuadra y le dice al caballo Blakken que puede echarse a descansar, las cosas tienen sentido.Blakken, ponte a soñar. Solo con comer, solo con descansar. Y quizá al niño sacarás a pasear. Llevo a Borre de vuelta ala cama en brazos y me tumbo a su lado hasta que se queda dormido. Luego me vuelvo a sentar en el balcón. Con un vaso de agua. Miro la ciudad. La gente está dormida.”
—Es divertido e inteligente
—Te va a encantar
—Es un libro para lectores de todas las edades
—Los jóvenes se sentirán especialmente identificados
—De alguna manera es un manual de filosofía del mundo actual
—Se trata de una de las mejores novelas nórdicas de los últimos años
—Times lo ha comparado con El guardián entre el centeno
—Ha tenido muchísimo éxito en todo el mundo
—Recibió el Prix Européen des Jeunes Lecteurs
—Es mi recomendación personal del semestre
– Es una lectura tierna
– Es un libro agudo y especial
– Te deja un buen sabor de boca (y un cierto estado de felicidad)
– Te identificas con algún estado emocional alterado del protagonista (pasa por muchos)
– Quieres saber cómo acaba su aventura vital
– Se puede regalar de padres/madres a hijos/as y viceversa
– Hay personajes absolutamente entrañables
– Se lee de un tirón
– Si de verdad no te gusta, yo mismo te devuelvo el dinero
– Es un autor nórdico…¡y no es de novela negra!