Richard Yates de Tao Lin
Richard Yates es un libro perturbador. Lo que empezó como una lectura casual, dio paso a la curiosidad y de ahí a la necesidad. No es que el libro me enganchara, es que quedé enganchado del libro. Su narrativa parece sencilla y lo que se cuenta no parece ser nada excepcional (de hecho, en ocasiones es bastante casual), pero refleja a la perfección una parte de una generación posterior a la mía a la que no alcanzo de comprender del todo (y yo me considero relativamente joven con mis treinta y dos años). Tanto que, cuando ves cómo los personajes piensan, actúan y reaccionan, no puedes más que perturbarte al comprobar que, aun viendo ese cómo, no siempre alcanzas a comprender el por qué. Es más, en ocasiones parece no haber por qué.
No conocía a Tao Lin y cuando hablé del libro con mi compañero Emilio me dijo que él sí, que ese estilo aparentemente sencillo y en el que parece no ocurrir nada ascendente es una máscara que esconde mucho trabajo a la hora de elaborar los personajes y escoger las palabras. Y no puede ser otra forma si quiero explicar esa necesidad de terminármelo que despertó en mí. Nada (y esto considero que vale también para el argumento del libro) es casual.
No conocía a Tao Lin y cuando hablé del libro con mi compañero Emilio me dijo que él sí, que ese estilo aparentemente sencillo y en el que parece no ocurrir nada ascendente es una máscara que esconde mucho trabajo a la hora de elaborar los personajes y escoger las palabras. Y no puede ser otra forma si quiero explicar esa necesidad de terminármelo que despertó en mí. Nada (y esto considero que vale también para el argumento del libro) es casual.