“Sub Luce Maligna” de Gonzalo Fontana Elboj

SUB LUCE MALIGNA

SUB LUCE MALIGNA

Fontana Elboj, Gonzalo

ISBN

978-84-121551-6-7

Editorial

EDITORIAL CONTRASEÑA

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Malos tiempos para el ‘memento mori’. Sobre todo, si son veraniegos, como los presentes. Que en plena explosión de luz y vida, las mesas de novedades de las librerías alberguen un libro de ultratumbas y misterios constituye una auténtica provocación. A uno le gusta el barro literario y entra al trapo. Es imposible resistirse a no tomarlo entre las manos y observar perplejos la terca calavera que, coronada con el laurel que los antiguos reservaban a los mejores, ilustra su portada. Sub luce maligna. ¿Cómo demonios –nunca mejor traída la expresión– se le ha ocurrido a alguien un
título tan bueno?
El autor, que por dedicación académica frecuenta al inmortal Virgilio y a otros próceres de las letras latinas, cuenta que el héroe de la Eneida, al asomarse a las puertas del infierno, caminaba bajo una luz malvada y misteriosa, presagio de un nuevo orden de realidad al que nosotros, para entendernos, llamamos el “más allá” o el mundo de “lo sobrenatural”. Estos conceptos, nos advierte el profesor Fontana en el prólogo –imprescindible–, forman parte de nuestra cosmovisión ilustrada y “desencantada” (en la estela del sociólogo Max Weber), pero son por completo ajenos a los romanos, a los ciudadanos de eso que hemos dado en llamar “el mundo antiguo”.
Porque es de esos romanos de carne y hueso, de los hombres y mujeres del ayer, de los que habla este libro. De sus miedos y temores, pero también de sus sentires y deseos, quizás no tan diversos de los nuestros. Y de cómo convivían con naturalidad con espectros, casas encantadas, licántropos o muertos vivientes. De esa sorprendente complicidad entre vivos y muertos dan cuenta las más de trescientas páginas de este libro. En ellas, el autor ha seleccionado y traducido –con un estilo erudito y elegantísimo que se agradece– una batería de textos de diversos géneros y épocas de la literatura latina que, salpicados con introducciones y notas aclaratorias, ofrecen al lector un conjunto tan enjundioso como entretenido.
Éste no es un libro de terror, aunque aborde asuntos terroríficos, porque el mundo antiguo desconocía la literatura de este género. Las consideraciones por parte del autor acerca de la etiología de la literatura de terror en época reciente, así como el sentido de las prácticas mortuorias, encantamientos y otros fenómenos similares, ampliamente descritos en los textos traducidos, constituyen un acercamiento al mundo antiguo que, paradójicamente, revela aspectos ocultos e inquietantes de nuestro hoy. Y así, tras leer esta “antología de textos de la antigua Roma sobre criaturas y hechos sobrenaturales” y el impagable prólogo –que por sí solo merecería una publicación independiente–, uno no puede dejar de preguntarse si acaso la Modernidad haya arrumbado con demasiada ligereza aquel mundo de fantasmas, brujas y monstruos. Porque, como Gonzalo Fontana nos recuerda, “hay en la condición humana un malestar primordial, el enemigo de la propia vida, en el que habita una angustia sin nombre ni dimensión, un monstruo antiguo que es el maestro y el señor de todas las cosas y que es, de hecho, más terrible que el propio miedo” (p. 29). Que la lectura es un ritual con el que conjuramos los miedos es sabido de sobra por quienes frecuentamos los templos de tinta. Así que la lectura de Sub Luce Maligna, que contempla los miedos de los antiguos con rigor y respetuosa ironía –también hay que decirlo–, se nos brinda desde luego como un ritual aún más eficaz, incluso en el verano. No duden en acercarse, bajo la guía protectora de una prosa lúcida, inteligente y divertida, al encuentro de licántropos, zombies y demás congéneres. No saldrán espantados, se lo aseguro.

Juan Francisco Comendador, Librería Ars (Zaragoza)

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