“Cuaderno de invierno” de José Luis Cancho

Cuaderno de invierno

Cuaderno de invierno

Cancho Beltrán, José Luis

ISBN

978-84-121120-4-7

Editorial

papeles mínimos ediciones

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José Luis Cancho tiene el envidiable don de conmover a sus lectores siempre, pero siempre de modo suave, hondo pero a media voz, sin exaltaciones ni trampas literarias, con discreción impecable, siempre delicado y siempre verdadero. Lo consiguió en sus libros de prosa, tanto novelas como crónicas testimoniales (la última, Los refugios de la memoria, realmente admirable), y lo logra también ahora, en su sorprendente primer libro de poemas.

Este Cuaderno de invierno trae temas y tonos conocidos para el lector de Cancho: la cárcel y los caminos, el nomadismo y el amor, la soledad y cierta necesidad por dar un sentido al propio pasado. Sin ningún paroxismo, sin ningún patetismo, sin retórica pero con epifanías, siempre con serenidad, el vallisoletano nos transmite una mirada única, nostálgica pero sin hipérboles, bastante conforme con su propia experiencia, indócil con el mundo pero obediente ante la vida y lo que ha ido disponiendo para él.

Sus poemas, de diversidad formal, son una lección de paz, un testimonio de quien supo vivir la vida que le tocó, sin más, tomando decisiones y emprendiendo caminos pero en general dejándose llevar por el propio instinto, al cabo sumiso sólo ante sí mismo, pero atento a los demás, bien dispuesto ante el azar, aceptando las cosas según vinieran, lo cual incluye, por descontado, las circunstancias indeseadas:

 

Lo teníamos todo sin tener nada,

ése era nuestro destino.

No fueron las mentiras

sino la verdad

lo que nos distanció.

No supimos qué hacer

con tanta pesadumbre,

con tanta oscuridad.

No supimos ser pacientes.

Optamos por el silencio.

Hoy sólo me queda el recuerdo

de su rostro bajo el sol de Catania.

 

Juan Marqués, para ‘Las Librerías Recomiendan‘.

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2 thoughts on ““Cuaderno de invierno” de José Luis Cancho

  1. Juan, estupendo el comentario sobre Cuaderno de invierno, sobre su lenguaje y su mirada.
    Muchas gracias!!
    Saludos

  2. Espléndido comentario, sí.
    Traza las coordenadas existenciales de Cancho con sutil sabiduría, a la perfección, logrando que resalte la actitud del autor, ya poeta sin límite, de manera lúcida y precisa.
    El esplendor de los poemas de Cancho, como las suaves epifanías de su prosa, vienen de una visión reconciliada con la vida, largamente elaborada. Presentida en su primera juventud, a pesar de la paradoja de su compromiso político que lo llevaba a un estar continuamente en movimiento y asomarse a los demás en una tarea continua, la dulzura de su trato lo delataba. Siempre ha habido en él una intensa reflexión hecha de materiales honestos, un constante preguntarse sobre el ser humano y su difícil acoplamiento al mundo que lo rodea. Con inusitada delicadeza ha venido desgranando desde hace años, para gozo de sus lectores, el intenso sentir/pensar de su despojado vivir. Como hace un profeta al principio de su magisterio, vuelto al solar que acunó sus sueños juveniles entre amigos y seguidores, tras hollar infinitos territorios de soledad y desarraigo por las parameras de la edad madura.
    Cancho, José Luis, nuestro héroe antiguo, suscita amor y admiración a partes iguales. Pero eso siempre lo hizo, no es nada nuevo. Hoy, ha sabido recuperar el diálogo intenso que comenzó con nosotros en los albores de la epopeya. Su soledad es distinta, sólo una vieja manta con la que cubrirse al dormir. Hoy sus palabras fluyen de nuevo, encauzadas en obras que nos conmueven y hacen que la vida, la nuestra y la suya, cobre un mayor sentido.

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