“La mitad de la casa” de Menchu Gutiérrez

La mitad de la casa

La mitad de la casa

Gutiérrez, Menchu

ISBN

978-84-18436-55-0

Editorial

Siruela

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La nueva novela de Menchu Gutiérrez, La mitad de la casa, es un relato de fantasmas, pero tal vez invertido: lo normal es que en estas historias encontremos una vieja casa habitada por un espectro, pero aquí es al revés, al menos en principio: es la propia casa la que parece el principal fantasma, la gran “alma en pena”, que de repente se ve de nuevo habitada por una mujer sin nombre, alguien que la habitó tiempo atrás, de niña, y que ahora, de regreso ¿definitivo?, la recorre con voluntad casi anatómica, habitación por habitación, detalle a detalle (el jardín, el garaje, el comedor…). La antropomorfización del edificio es explícita desde casi la primera página (“la casa es un ser vivo”: p. 14), con imágenes muy poderosas al respecto: que la línea telefónica se haya mantenido contratada y operativa es lo que ha mantenido la casa en coma durante décadas, y al reabrir las tuberías y llenarla de agua se llena de vida, recupera la fuerza, despierta plenamente, y a partir de ahí todo se hace orgánico en ella: la casa respira, la casa recuerda, la casa parece tomar decisiones y es, por descontado, la gran protagonista…

Ejemplo prototípico de “novela de atmósfera” y de “unidad de espacio”, pero sin ser claustrofóbica, se trata también, quizás, de novela psicológica, pues en La mitad de la casa todo sucede allí, en ese lugar, con referencias aparte a la casa de la ciudad, con la que parece comunicarse a través de las personas. No podemos desvelar mucho pero el tiempo es la clave de todo (como sucede siempre), y a medida que se avanza en la lectura no se tiene la sensación de ir sabiendo más sino al revés, parece que cualquier posible certeza se deshace, ya no se sabe quién habla, no se sabe bien cuál es el tiempo interno, no seríamos capaces de asegurar que en el libro hay un solo fantasma…

Pero aquí hay mucho más que un ejercicio de estilo, mucho más que una buena idea. Para empezar, hay una poeta detrás, y eso es decisivo: no es una novela de frases o de ráfagas sino una nota alta que se mantiene, y sin embargo Menchu Gutiérrez sobresalta aquí y allá con grandes imágenes (“El sol y la luna pueden alternarse en la boca, como caramelos”) o bien, aún más importante, con pistas que van perfilando vagamente el alma del relato, no su trama o su “secreto” sino su espíritu, su “filosofía” (“el único medio que conozco de que las cosas recuperen significado es crearlo”).

Misteriosa, elegante, hipnótica y muy bien escrita, La mitad de la casa es, desde su mismo título, una novela muy hermosa, llena de detalles valiosos (en verano es cuando el tiempo se desnuda…), con la sombra de un dolor sobrevolando, con algún susto en forma de duda, con alguna sorpresa que no llega a desvelar ese secreto del que tanto se habla, un secreto agazapado, omnipresente, estruendoso y camuflado entre líneas, pero suficientemente insinuado.

Juan Marqués, para ‘Las Librerías Recomiendan

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One thought on ““La mitad de la casa” de Menchu Gutiérrez

  1. Bellísima y muy sugerente reseña como corresponde siendo usted poeta.
    Yo, adicta a las letras de Menchu Gutiérrez, no puedo sino agradecer la reseña y recomendar apasionadamente la nova que, de nuevo, consiguió que se me abriera un paréntesis en el tiempo.
    Gracias,

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