“Tres muertos” de Manuel Machuca
Tres muertos
Machuca González, Manuel
ISBN
978-84-17352-42-4
Editorial
Ediciones de la Isla de Siltolá
Hay quien cree que hablar de la memoria, reivindicarla, equivale a coleccionar agravios, a desatar un rencor estéril, macerado a fuego lento. Que es mejor tapar las cosas, olvidarlo todo para empezar de nuevo. Esta hermosa novela, la cuarta del escritor sevillano Manuel Machuca, que publica ahora con La Isla de Siltolá, viene a desmontar semejante idea, quizás sin siquiera pretenderlo. Si tuviéramos que sintetizarla en una sola palabra, no habría duda: es una novela sobre el perdón y su grandeza. Pero intentemos explicarnos mejor.
Los tres muertos a los que se refiere el título son, más que sus protagonistas, tres puntos de referencia para otros tres personajes que llevan el peso de la novela. El autor escoge tres momentos clave de la historia de una familia desde finales del XIX a nuestros días. Esos tres momentos tienen un elemento en común: alguien acaba de fallecer, y eso impulsa a quien queda vivo a recordar al difunto. Tres voces muy distintas, dos mujeres y un hombre, que sostienen diálogos-monólogos casi hipnóticos con alguien que no puede contestarles. Y en su relato cada uno reconstruye el pasado, con la nueva perspectiva que da la muerte reciente. Ninguno de ellos parte de la alabanza gratuita al difunto, de esa costumbre tan nuestra de echar flores para tapar cualquier podredumbre. Muy al contrario, cada personaje se enfrenta a un pasado que no le gusta, a un difunto con quien tiene asuntos pendientes. Pero es el propio relato personal que se hacen a sí mismos y a su interlocutor imposible, el propio ejercicio de la memoria, el que acaba conduciendo al perdón. Al propio y al de los demás. Y seguramente ese perdón que no oculta el agravio, sino que parte precisamente de él, solo puede conseguirse en ese momento delicado y tremendo, el de la muerte reciente, la que nos iguala a todos y hace que nos quedemos con lo que tenemos todos en común: el ser humano y su lucha cotidiana, personal e intransferible.
El narrador, o mejor, los tres narradores, tienen mucho que decir. Manuel Machuca se pone al servicio de ellos para mostrar una larga serie de peripecias, contadas con tanta sencillez como amenidad, con una prosa eficaz, pero llena de matices. Cada uno de los tres relatos, que conforman finalmente uno solo, consigue coger al lector por la solapa e interesarle por la historia vital de estas tres personas, que revisitan a calzón quitado sus propias vidas y las de su familia. Una mujer originariamente de buena posición, obligada a vivir en la miseria, recorre su historia junto al Cabal, un policía represaliado con el que mantiene un peculiar matrimonio lleno de sinsabores. La hija de ambos, que vive las consecuencias de la guerra y la represión en su infancia, lucha por salir a flote y se pierde a sí misma en el camino, obligada como está a conquistar con su esfuerzo un sitio que se le niega. Y, por último, el nieto de la primera e hijo de la segunda, que recuerda su propia historia mientras vela a su madre, que quizás nunca fue capaz de ejercer como tal. Motivos para el rencor por todo lo vivido abundan en cada uno de los narradores. La represión política, moral y familiar. La dificultad a la hora de expresar afectos. La falta de cariño, de medios, de libertad. El desclasamiento. Y sin embargo, ninguno de estos sinsabores consigue hacerse con el protagonismo de la novela. Porque esta historia llena de amarguras se resuelve, sin hacer concesiones por el camino, en algo tan dulce, tan raro y grandioso como el perdón. Saber perdonarse y perdonar. Manuel Machuca nos muestra su talla como escritor y como persona al ayudarnos a entendernos y entender mejor el pasado, con una mirada generosa pero nada ingenua. Es uno de esos libros de cuya lectura se sale como un ser humano mejor. Y también más consciente de la importancia que la memoria tiene en la construcción de lo que somos, de lo que hemos sido y seremos.
Tomás del Rey Tirado, El Gusanito Lector (Sevilla)
Manuel Machuca
22 julio, 2019 at 8:20 pm
Gracias, Tomás, por tu magnífica reseña y gracias a libreras y libreros de CEGAL por elegir TRES MUERTOS como libro de la semana.