Once libros para el Día de la Mujer

Hoy se celebra en todo el mundo el Día de la Mujer, y para unirnos a las reivindicaciones e insistencias que, por encima de la fiesta, esta fecha ha de seguir implicando, hemos pedido a escritoras, editoras y libreras que nos recomienden un solo libro: un libro escrito por una mujer de cualquier época, de […]

Por en 8M Día de la Mujer

Hoy se celebra en todo el mundo el Día de la Mujer, y para unirnos a las reivindicaciones e insistencias que, por encima de la fiesta, esta fecha ha de seguir implicando, hemos pedido a escritoras, editoras y libreras que nos recomienden un solo libro: un libro escrito por una mujer de cualquier época, de cualquier idioma, de cualquier género literario.

Trece mujeres han respondido para recomendar once libros que forman hoy, así, nuestro once titular para un día de alegrías y denuncias, de reconocimiento y de protesta, de gratitud y de conciencia. Son libros que van desde los clásicos hasta novedades que, literalmente, se pusieron ayer a la venta. Los ordenamos según esos criterios cronológicos:

Ofelia Grande, directora editorial en Siruela, nos enseña su vieja edición de Cumbres borrascosas (editada por Plaza y Janés en 1962), descosida ya de tan leída, y nos explica su pasión por esa no menos apasionada novela (que Siruela también editó, con traducción de Cristina Sánchez-Andrade):

“Uno de mis libros favoritos y el que, probablemente, más veces haya leído en mi vida es Cumbres Borrascosas de Emily Brontë. Es una novela que además de contarnos de forma magistral, con una estructura narrativa completamente moderna para la época en que fue escrita, una historia que nos atormenta y nos conmueve a partes iguales, supone el mejor “muestrario” posible de todas las pasiones humanas y la mejor definición del amor (con todo lo bueno y lo malo que a las personas nos genera) que nunca se haya escrito. Desde hace muchos años colecciono ediciones de esta novela e, incluso, en Siruela la hemos publicado también en varias ocasiones. Creo que en el Día de la Mujer es importante también rescatar a otras mujeres escritoras, a las que, en mayor o menor medida, han construido a las mujeres escritoras (y lectoras) de hoy”.

Ana del Arco, directora de la editorial Comares y presidenta de la Asociación de Editores de Andalucía, se une al clamor que desde su aparición, hace todavía pocos años, rodea a Celia en la revolución (Renacimiento), la sorprendente novela en la que Elena Fortún colocaba a su personaje más célebre en medio del horror de la guerra (y cuyo reconfortante éxito ha hecho ya que María Jesús Fraga levante toda una Guía del Madrid de Celia en la revolución):

Celia en la revolución es un texto fundamental de nuestra literatura sobre la Guerra Civil, donde Elena Fortún hace vivir a una Celia de quince años los horrores que ella misma presenció con una mirada limpia y nada partidista que no entiende de ideologías pues sólo cuenta lo que ve”.

La escritora Marta Sanz, que estos días publica su Enciclopedia secreta (Contraseña), agarra con seguridad su ejemplar de Los poemas perdidos de Dorothy Parker (Nórdica), y, llegando a sus páginas favoritas, nos cuenta:

“En Los versos del odio la ingeniosa, deslenguada y siempre incómoda Dorothy Parker, desde su lastimada lucidez y su máscara festiva (una mueca) odia las películas, las fiestas, los parientes, los bohemios, los universitarios y muchas cosas más… Dorothy, cruel y tierna, dice odiar a las mujeres porque entiende mejor que nadie las formas minuciosas de herirse que tienen las rubias imponentes y las rojas escritoras alcohólicas, abocadas a la autodestrucción. La realidad no está hecha para Dorothy y sus textos aletean como un colibrí”.

Maider Díaz Ameave, librera en Chundarata (Pamplona) rescata de sus estanterías lo que ya es un pequeño clásico no ya de la literatura de iniciación, sino de la “literatura de liberación”:

Muchacha en motocicleta (Thule) es la historia real de Anne France, una chica que en 1972 cogió una mochila y su motocicleta y dio la vuelta al mundo. La historia de una gran aventura, con muchas averías, caídas y sitios maravillosos donde encontrarse a una misma y en los que disfrutar de la soledad del camino. Ilustrada por Julie Morstad con una paleta de colores cálidos y con un estilo que simula esos años 70, viajaremos desde París a Canadá, Japón, India, Pakistán, Irán… “Quiero que el mundo sea bello y es bello”. Una historia, escrita con un texto poético por Amy Novesky, sobre la primera mujer en dar la vuelta al mundo en solitario montada en una moto”.

Otra forma de iniciación, mirando hacia Argentina, es la que nos recomiendan las ejemplares libreras Carmen Juan y Sara J. Trigueros, de 80 Mundos (Alicante), Premio Librería Cultural de 2019:

Las malas es una novela sobre las luces y las sombras de lo que supone la prostitución para una transexual en la Argentina de principios del siglo XXI. Camila Sosa Villada desciende a los (sus) infiernos pero también nos habla de cómo se establece la cuida y los vínculos de sororidad en una comunidad de mujeres doblemente silenciadas y lo hace con una ternura y un lirismo pocas veces asociados al tema que trata en este libro”.

Ángela Segovia, última Premio ’Las Librerías Recomiendan’ de poesía por Mi paese salvaje, nos recomienda leer a Luz Pichel, una poeta con la que comparte muchísimas sensibilidades, una misma “filosofía” literaria:

“Retazos. De memoria. De lengua. De gentes. De árboles y plantas y tierra. Alén Álén es un libro de muchas apariciones, pero por magia, de todos esos trozos y fantasmas, sale y entra un mundo entero, en el que una, mientras lee, se sumerge. Además, no es cualquier mundo. Es un mundo que, a mi parecer, debemos guardar. Tesoro mezclado con el barro.”

Laura Fernández, también reciente Premio ‘Las Librerías Recomiendan’, en la categoría de ficción, por La señora Potter no es exactamente Santa Claus, exalta a su desaforada y genial manera un libro que se publica estos días: Cauterio (Anagrama), de la argentina en Madrid Lucía Lijtmaer:

“Érase una vez una mujer que se enamoró y desapareció. Érase una vez el amor como venenosa arma de autodestrucción masiva. O como religión a desarticular. Érase una vez una nueva y poderosa voz, la de Lucía Lijtmaer, capaz de desdoblarse, huir y afilarse como lo hacía en los 90 la voz de un Bret Easton Ellis que había leído más de la cuenta a Joan Didion, y que aquí parece poseída por la fiereza desalmada de una Otessa Moshfegh decidida a reescribir La mujer comestible de Margaret Atwood en una versión dolorosamente paranoica y post casi cualquier cosa. Un punzante y retorcido festín. Y, a la vez, una pequeña, enorme, Gran Novela sobre Barcelona, sobre una Barcelona altiva, venenosa en su abandono, fantasma, que nadie se ha atrevido a escribir”.

Almudena Sánchez, que todavía anda de gira con su exitoso Fármaco, también se fija en lo más reciente:

La bajamar es una historia que se lee con manos temblorosas. Aroa Moreno Durán nos invita a formar parte de su paisaje frágil, visceral y humano. Qué nos pasa cuándo nos alejamos de las personas que queremos y qué ocurre si nos acercamos demasiado. Lo sentimental contado con electricidad”.

Célia Puchol, librera en Noviembre (Benicásim, Castellón), escoge de la mesa de novedades una novela muy oportuna en estos días, Nos veíamos mejor en la oscuridad (Galaxia Gutenberg):

“Lamentablemente la de Ucrania no es la primera ni será la última guerra, y los que pierden todo siempre somos las personas normales, las vidas anónimas, los inocentes. Monika Zgustova aborda en su última novela la vida de dos mujeres, madre e hija, que cuarenta años atrás tuvieron que huir del totalitarismo con el resto de su familia. Y toda su vida ha estado marcada por ese desarraigo. Una herida que se han propuesto curar de una vez por todas. Mientras la hija vuela cruzando el Atlántico para reencontrarse con su madre, se abre un rayo de esperanza”.

Marta Serrat, librera en Diagonal (Segovia), se va al otro extremo del mundo, Estado Unidos:

“En Brillo (Blackie Books), Raven Leilani disecciona contextos, identidades y desequilibrios de poder con un lenguaje directo y descarnado a través de la lucha de su joven protagonista contra la precariedad, el sexismo y el racismo en la sociedad norteamericana del siglo XXI”.

 

Y, finalmente, la librera Olivia Lahoya y la editora Sol Salama coinciden en aplaudir Ceniza en la boca (Sexto Piso), la segunda novela de la escritora mexicana Brenda Navarro, que apareció ayer mismo. Olivia Lahoya, de Estudio (Miranda de Ebro Burgos), nos escribe que “leer a Brenda Navarro es estamparse con la verdad en bruto, igual que se estrella el cuerpo de Diego contra el suelo en esta Ceniza en la boca. Es como llenarse la boca de esa ceniza y masticarla despacio, gustando una vida que se intuye, de la que algo se oye, de la que algo se sabe, pero nunca se mira de frente; viviendo tragedias y sufriendo sus heridas grandes y pequeñas. Una escritora que nos arrastra con la irreparable violencia de su escritura a comprender que cada uno es libre (debería serlo) de elegir su propia redención. Y nada puede ser más admirable y justo en esta injusta y nada admirable vida”.

Por su parte, Sol Salama, editora de Tránsito, no lo duda: “Recomiendo Ceniza en la boca, la nueva novela de la escritora Brenda Navarro, en la que aborda, de nuevo de una forma asfixiante y poderosa, cuestiones esenciales como los quiebres de los vínculos, el racismo o la salud mental”.