“El colgajo”, de Philippe Lançon

El colgajo

El colgajo

Lançon, Philippe

ISBN

978-84-339-8041-0

Editorial

Editorial Anagrama

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Philippe Lançon fue uno de los supervivientes del atentado islamista contra la sede de la revista francesa Charlie Hebdo, ocurrido en París la mañana del 7 de enero de 2015. Aquel atentado, en el que el autor fue herido de gravedad y en el que fueron asesinados doce trabajadores del semanario, es el desencadenante del libro que ahora nos ocupa pero no su epicentro, como quizá podría esperarse. En El Colgajo, el autor narra su prolongada estancia hospitalaria en la Salpetriere y la posterior convalecencia en Los Inválidos. Meses en los que su vida gira en torno a la difícil reconstrucción de su rostro desfigurado, las sucesivas operaciones, complicaciones, la lenta cicatrización y rehabilitación. El título, de hecho, hace referencia al trozo de carne injertado que intentará devolverle su aspecto y su voz.

Como paciente y observador obligado al silencio, las reflexiones de Lançon adquieren una especial profundidad y capacidad de análisis; una nueva perspectiva en la que pesa su condición de superviviente; en la que el contacto directo con la muerte y la repentina conciencia del cuerpo le incitan al examen incisivo de sí mismo y de lo que sucede a su alrededor, de los sentimientos propios y ajenos, de las situaciones y el comportamiento de los que le rodean. Durante este encierro, las relaciones con el personal sanitario cobran una especial y justa relevancia, en particular con su cirujana, con la que crea una dependencia en la que posa su desamparo y el temor a abandonar esas rutinas en las que se siente protegido y apartado de la realidad que se desarrolla fuera, y de la que se considera al margen. Una impresión, la de vivir al margen, repetida a lo largo de la narración. Para Lançon, reales son las heridas de su cara, de su pierna y su mano; el dolor, las noches de insomnio, la medicación; la enfermera que le cambia los apósitos; el auxiliar que traslada su camilla; los policías que le custodian; los amigos y familiares que le visitan, sus conversaciones, las películas que ve con ellos, la música que le acompaña.

Contagia al lector la extrañeza con la que contempla el ir y venir apresurado de los que viven fuera, esa imagen de irrealidad y absurdo que envuelve la común normalidad. A veces, es necesario tocar el abismo, rozar el límite, para aprender a mirar desde dentro; para dejar de buscar el sentido de lo inevitable y no caer en el desaliento; para que no nos desborde el absurdo papel del azar, la frágil simplicidad en un mundo enmarañado, y la tristeza de lo irracional. Pero no siempre se nos da esta oportunidad. El relato de Lançon es más complejo y trascendente que el inevitable alcance internacional de la tragedia que vivió. Profundamente íntimo y reflexivo, El Colgajo desprende una sensata y sentida enseñanza de vida que cada uno, cada lector, puede hacer suya a su manera.

Olivia Lahoya Cuende, Librería Estudio (Miranda de Ebro, Burgos)

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