El cómic que quiero recomendaros desde la librería Bibabuk es una de mis últimas lecturas: No te vayas sin mí, de Rosemary Valero-O’Connell, publicado por Astiberri Ediciones. Un cómic que, en tan sólo tres relatos, trata temas tan importantes como el amor, los recuerdos, la pérdida y la compañía de los demás.
Además de narrar historias muy interesantes y conmovedoras, lo hace utilizando un dibujo magistral y unas paletas de colores en tonos pastel, violetas y verdosos que refuerzan el argumento de cada uno de los tres relatos.
La dibujante Rosemary Valero-O’Connell nació en Minnesota en 1994, pero creció en Zaragoza y fue en el fanzine aragonés Thermozero donde debutó. Su colaboración en títulos juveniles como Leñadoras y Academia Gotham, para los que firmó un crossover, o Steven Universe, tebeo derivado de la serie de animación de Cartoon Network, la dio a conocer en el panorama internacional.
En 2020 ganó tres premios Eisner por su trabajo en Laura Dean me ha vuelto a dejar, cómic que realiza junto a Mariko Tamaki (Harley Quinn: Cristales rotos. Hidra, 2020; Aquel verano. La Cúpula, 2014, o Leñadoras. La luna está arriba. Roca Editorial, 2014). Lo que queda, una de las tres historias que componen No te vayas sin mí, publicada originalmente como tomo unitario, fue nominada a un premio Eisner en 2017; y ya con el tomo recopilatorio No te vayas sin mí, Rosemary Valero O’Connell ha ganado en 2020 el premio Ignatz como mejor artista.
El sello independiente Grafito Editorial publica Satanela, un cómic de terror y misterio en el Madrid de los años 20. El guionista madrileño Alfonso Bueno se une al dibujante argentino Diego Simone para adentrarnos en los salones de fiesta de la capital creando una historia de terror sobrenatural para lectores adultos, donde la seducción, el deseo y la traición se tejen en un entramado de pesadilla y misterio.
El trabajo de documentación minuciosa llevada a cabo por Alfonso Bueno, que refleja con detalle la España de 1929, sumado al exquisito dibujo y tratamiento del color que hace Diego Simone, convierten este cómic en un título de obligada lectura. Además de los escenarios del Madrid antiguo, Simone crea un mundo fantástico paralelo donde habitan las almas y los monstruos. El cómic está impregnado de un ambiente lúgubre y alto contraste, que según palabras de los autores proviene del cine expresionista y de las muchas fotografías que visionaron durante el proceso.
Simone y Bueno ya habían trabajado juntos en la revista Cthulhu. Cómics y relatos de ficción oscura, que publica de Diabolo Ediciones. La buena sintonía que nació entre ellos les animó a lanzarse a la publicación de una novela gráfica.
La idea y el nombre surge durante su visita a una exposición de viejos carteles de jazz en la Biblioteca Nacional. Satanela existió. Era una bella bailarina a la que los autores convierten en una siniestra comerciante de almas. Diego Felgueroso es un trompetista de vida licenciosa. Recién llegado a la ciudad se incorpora a la banda de músicos del Cabaret de la Nada. Allí conoce a Satanela. Lo que le parecía una conquista más se transforma en un encuentro fantasmal con trágicas consecuencias.
Diego, aprisionado en una dimensión de seres perdidos, hará cualquier cosa por volver y vengar la traición de Satanela. Aunque para ello tenga que pagar el precio más alto.
José Antonio Labordeta fue cantautor, poeta y político, y además parlamentario durante dos legislaturas años en las Cortes españolas. Ocho años en los que vivió de cerca algunos de los episodios más importantes de los primeros 20 años del siglo XXI. Como siempre dejó huella. Y él, al contrario que su paisano Joaquín Costa, sí legisló.
La editorial aragonesa Gp Ediciones y la Fundación José Antonio Labordeta editan Señoría Labordeta’, un cómic que ilustra la etapa de José Antonio Labordeta en el Congreso de los Diputados (2000-2008) con una visión humorística y muy humana. La Fundación pretende acercar a los jóvenes la figura de Labordeta a través de un medio cercano como es el cómic. La obra se centra en el Labordeta político que anduvo por el Congreso de los Diputados como un beduino monegrino. Y es que el “abuelo” se sentía ajeno a toda la parafernalia de la corte madrileña.
Daniel Viñuales es el encargado del guión al que dan imagen y color Carlos Azagra y Encarna Revuelta. La misma tripleta de autores de TeBeO Labordeta, el primer tomo que abordaba al biografía en forma de cómic de Labordeta. Para su realización contaron con Paco Pacheco, fiel escudero de José Antonio durante todo su periplo en Madrid. Paco Pacheco fue su secretario, la persona que le ayudó a entender cómo funcionaban las cosas en el Congreso de los Diputados.
Las primeras viñetas sitúan a José Antonio Labordeta en el cielo, junto a su hermano Miguel, Emilio Gastón y Gonzalo Borrás, divertidos, bromeando con San Lamberto y recordando a otro grandes como Goya y Buñuel, que están cerca de ellos. Labordeta comienza entonces a contarle su historia al santo cuando en el año 2000, compañeros de CHA le convencieron para presentarse al Congreso de Madrid.
Por las páginas del cómic pasan muchos personajes de la política española de aquellos años, marcada por la mayoría absoluta del Partido Popular. Pero también amigos y familiares de Labordeta que convencieron al cantautor para dar el salto a la política nacional, muy reacio al principio en meterse en semejante berenjenal.
Y ahí lo tenemos. En las dependencias del Grupo Mixto, en el congreso tratando de hacer oposición, en diferentes comisiones, siempre al pie del cañón. El cómic nos recuerda momentos dramáticos de la historia. A Labordeta le tocó vivir como diputado el atentado de las torres gemelas, la guerra de Irak, la famosa foto de las Azores, la caída del Yak-42, el asesinato del periodista Pepe Couso por los soldados americanos, los atentados de Madrid… No se olvida el cómic de su famoso ¡A la mierda! ni de la llegada de nuevas leyes como la que permitía le matrimonio gay o el proyecto de ley de Memoria Histórica, ya con la etapa de Zapatero.
Periodistas como Pepa Bueno con la que colaboró “el abuelo”, amigos de tertulia en Zaragoza, los que le el acompañaban en las famosas cenas en el restaurante Casa Emilio, sus compañeros de escenario como Joaquín Carbonell, fallecido mientras se hacía este cómic, y la familia, siempre presente. Finalmente José Antonio se retira aunque antes vivimos el anuncio de la enfermedad que finalmente nos lo arrebató. Regresó a su amada Zaragoza intentando retomar su vida y aficiones, una de ellas la escritura, y con la distancia y la nostalgia de esos días en “la corte”, como él decía, comenzó a escribir el libro “Memorias de un Beduino en el Congreso de los Diputados”, libro lleno de humor, ternura y sabiduría”, la obra que ilustra este cómic.
Tras la publicación de La guerra de Catherine, Astronave nos trae una nueva obra de Claire Fauvel: La noche es mi reino. Si entonces adaptaba un texto de Julia Billet para contar la historia de crecimiento de una adolescente judía durante la ocupación de Francia por los alemanes, ahora se nos presenta como autora completa con una historia original que nos habla igualmente del paso a la madurez de otra muchacha francesa, pero en la época actual: Nawel.
Nawel es una joven de origen humilde y de padres argelinos que vive en los suburbios de París. El relato comienza un día que parece absolutamente normal, pero inesperadamente se convertirá en el más importante de sus catorce-quince años de vida: ese día conoce a Alice, que se convertirá en su mejor amiga, y escucha por primera vez a Paul McCartney, lo que le hará descubrir su gran pasión.
Durante unos cinco años seremos testigos de la lucha por conseguir su gran sueño: ser una rock star. El camino no es fácil, pero nuestra protagonista lo asume y está dispuesta a trabajar duro; acepta que tiene que tomar decisiones difíciles y hacer sacrificios para convertir lo que para muchos sería una utopía en un objetivo realista.
Esta es también una historia de contrastes: entre la juventud y la edad adulta; la modernidad y la tradición; la periferia y la urbe… La adolescencia de Nawel está muy marcada por todas estas circunstancias, al crecer en una familia musulmana apegada a las tradiciones argelinas mientras ella apenas cree en la existencia de Dios y se rebela/revela como una mujer fuerte e independiente.
La obra triunfa en su retrato de la juventud, ese periodo de la vida en el que el futuro es incierto y todo es posible, mostrando unos personajes desbordantes de vida, llenos de ganas de comerse el mundo y beberse la vida a sorbos.
Una opción magnífica para celebrar el mes de las autoras (#leoAutorasOct). En la lista de los cómics más votados por las librerías especializadas para leer en octubre.
Subnormal es una historia de acoso escolar guionizada por Fernando Llor con dibujo de Miguel Porto, que ha contado con la supervisión de Iñaki Zubizarrreta. Porque esta es su historia, la de Iñaki. La de alguien que llegó a ser jugador profesional de baloncesto y que a pesar de contar con un físico portentoso, sufrió la dureza del bullying durante su escolarización.
En este cómic publicado por Panini, el enorme Iñaki nos demuestra lo frágil que puede ser una persona con independencia de su altura. Dicen que lo importante está en el interior y así es. Porque un niño mida metro cincuenta o metro ochenta no deja de ser un niño y como tal puede ser perfectamente blanco de los abusos de quienes tienen el hacer daño a otros como una forma más de diversión
Leyendo Subnormal uno se da cuenta que de niño contempló, afortunadamente en menor medida, algunos de los comportamientos que se describen.
El acoso escolar es un problema que sigue vigente en nuestros días, como demuestran las noticias que recibimos a través de los medios. Desgraciadamente Iñaki no fue el primero y tampoco ha sido el último. Este cómic estupendamente escrito por Fernando Llor y dibujado por Miguel Porta, nos hace reflexionar sobre esa triste realidad.
A mí personalmente leer la historia de Iñaki Zubizarreta me ha sobrecogido. Es un cómic de gran valor divulgativo que debería estar en todas las bibliotecas y ser lectura obligada en los colegios.
Por méritos propios Daniel Warren Johnson se empieza a ganar un hueco en nuestro reservado de autores a seguir y que no decepcionan. Con Extremity tuvo un arranque de lujo al que solo la falta de existencias casi desde su salida le impide tener una mayor difusión. En Murder Falcon nos sorprendió a todos nuevamente con esa maravillosa locura en clave de metal. Ahora, con su interpretación de un personaje clave en el universo DC como Wonder Woman, Daniel Warren vuelve a llevar el juego a su terreno y haciendo uso de las que ya son sus armas creativas, un dibujo muy personal, visceral, intranquilo, oscuro pero siempre espectacular y esa reinterpretación y mezcla de la fantasía más clásica, le da a Diana una oportunidad de brillar de una manera fresca e innovadora.
Muchas veces no hace falta reinventar la pólvora para ofrecer una buena historia con personajes trillados. Al fin y al cabo, Tierra Muerta (ECC Ediciones) no deja de ser una historia de trepidante acción, con constantes luchas y mucha fantasía. Vamos lo que le pedirías a un tebeo de superhéroes… contado de otra manera.
so escolar, Tokiko y su padre se mudan al pueblo donde vive su abuela materna. Allí verá que la vida rural es muy diferente a lo que está acostumbrada: más amable, relajada y familiar. Y, frente al mar, desbloqueará un recuerdo de su infancia: con 4 años estuvo a punto de ahogarse. Recuerda que una sirena la salvó y la devolvió a tierra junto a su madre pero, ¿acaso existen las sirenas?
En este primer tomo de El pueblo de arena y escamas azules, de Yoko Komori, publicado por Milki Way, nos iremos aclimatando junto a Tokiko a su nueva vida, al recibimiento por parte del pueblo y, sobre todo, del resto de alumnado de su nuevo colegio. Gracias al fino trazo de la autora (que entra en detalles gráficos cuando el momento así lo requiere) y sus expresivas miradas, vamos siguiendo el rastro de los secretos y las cosas que no se dicen en voz alta. Es este un tomo que refleja calma y contención en una primera capa, pero también revolución y bravura según vamos profundizando en él. Como ese mar que escruta Tokiko, quizá esperando que la marea traiga las respuestas que necesita.
Resulta curioso que sea necesario centrar la atención en una autora ganadora de 5 premios Eisner; si se dedicase al mundillo superheróico todo el mundo la conocería pero, por desgracia, el cómic infantil y juvenil aún no ha alcanzado este punto en nuestro mercado. Por suerte, Maeva Young sigue apostando por traernos sus historias que, además de divertidas, son calmantes y beneficiosas para la salud de quien las lee. Qué exageración, ¿verdad? Pues para nada, así como te lo cuento.
Tras contarnos diferentes episodios de su infancia y adolescencia en Sonríey Hermanas, Rania Telgemeier nos narra en Coraje otro episodio autobiográfico. Con 10 años, la pequeña Raina comienza a atravesar unos episodios muy desagradables: sin saber porqué, empieza a encontrarse horriblemente mal, sufre unas revolturas muy molestas que llegan a causarle vómitos. El miedo a que esto ocurra se suma al círculo vicioso de la ansiedad, ya alimentado por varios motivos: su familia numerosa vive en una casa pequeña con poco espacio (y, por consiguiente, nula intimidad para ella, la hermana mayor), en el curso escolar que empieza es obligatorio hacer exposiciones orales delante de toda la clase (los nervios por hablar en público la consumen), y una de sus compañeras se porta mal con ella (pero se lleva muy bien con el resto de amigas de nuestra protagonista).
Raina va pasando por diferentes visitas médicas que atestiguan que goza de una salud perfecta, y que el problema no está ahí. Por suerte, acaba visitando a una doctora que la ayudará a mejorar en esos otros aspectos de la salud que no son visibles en análisis ni radiografías: comienza a ir a terapia con una psicóloga infantil. Allí conocerá lo que es tener un espacio seguro para ella misma, para desahogarse y conocerse mejor, y también para encontrar estrategias útiles que la ayuden a no perder el control. Todo esto, sumado a la ayuda familiar y a la de sus amigas, nos lleva a caminar junto a Raina por un sendero de afirmación, autoconocimiento y empatía.
Por eso os digo que, además de divertido, este cómic puede resultar sanador. ¿A cuánta gente adulta le hubiera venido bien tener a mano algo así en su incomprendida adolescencia? Aprovechemos la existencia de estas historias, no sólo para pasar un rato entretenido; también para que muchas personitas puedan decir: guay, no estoy sola, esto es normal y puedo buscar ayuda para llevarlo mejor.